La importancia de la autoestima
La importancia de la autoestima para el logro de metas en la vida es inconmensurable. Hablamos de autoestima como una de las dimensiones psicológicas más importantes en la existencia humana.
Y así es, la autoestima en nuestra vida cotidiana, influye en nuestro modo de pensar, sentir y actuar.
Las personas con una baja autoestima tienden a buscar constantemente la aprobación de los demás, poseen un elevado perfeccionismo y autocrítica destructiva, presentan pensamientos distorsionados y sentimientos de autoinsatisfacción y desprecio.
Mientras que las personas con una autoestima sana poseen sentimientos de confianza, autoeficacia y seguridad en sí mismas, se muestran más flexibles y realistas, poseen mayor facilidad para adaptarse a los cambios, son asertivas, menos susceptibles a las críticas y se muestran abiertas a aprender de los errores.
Como podemos observar, la calidad de vida de una persona se ve notablemente influida por su nivel de autoestima, condicionando la percepción y valoración que una persona hace de sí misma y sus modos de relación social.
Sabemos que la autoestima se va formando desde los primeros meses de vida. La manera en que nuestro ambiente nos trata y nos define, las relaciones que tenemos de pequeños con nuestros familiares y amigos, así como el tipo de ideas y valores que recibimos en nuestra educación de parte de todos los que nos rodean, van formando la manera en que nos vemos a nosotros mismos y cómo nos valoramos.
Pero al respecto, podemos afirmar que la autoestima crece o decrece de acuerdo con las situaciones de la vida. Es una característica que se va desarrollando y es modificable a lo largo de la vida.
Desde el trabajo psicoterapéutico, es fundamental que el paciente pueda mejorar su autoestima, obteniendo una mayor sensación de valía y capacidad personal, que le harán sentirse más seguro y libre en cada uno de los contextos en que el mismo interacciona: familiar, social, profesional, etc.
A través de la psicoterapia, se persiguen dos objetivos fundamentales:
1- Aliviar el malestar psicológico
2- Fomentar el bienestar del individuo.
Atendiendo a las características individuales de cada persona, terapéuticamente, se trabajan tanto los factores internos como externos, que han propiciado dicho malestar, ayudando al paciente a cambiar la percepción que tiene de sí mismo, aumentando su sensación de estima y confianza en sí mismo.