Claves para mejorar la comunicación de pareja
Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos, que la comunicación es uno de los pilares básicos en los que se sustentan las relaciones de pareja.
Sin una buena viga maestra comunicacional será muy difícil mantener otros elementos clave de nuestra relación, como el respeto mutuo, la autonomía, los objetivos compartidos, la capacidad para la resolución de problemas, etc.
En este sentido, la asertividad también juega un papel fundamental para mejorar nuestra comunicación en pareja. Actuar de modo asertivo es comunicarse de forma efectiva, transmitir lo que queremos de forma firme a la vez que respetuosa y empática con los demás y con uno mismo. Comunicar lo que sentimos y opinamos, respetando al interlocutor y reaccionando con elegancia y franqueza ante los conflictos o discusiones. Esto implica no reaccionar con agresividad, ni con pasividad sumisa ante el otro miembro de la pareja, sino con inteligencia emocional.
Por lo general, al comienzo de la relación, gracias a la idealización que acompaña al enamoramiento, no surgen conflictos comunicativos graves. Es más adelante, a medida que la cotidianeidad y los esquemas individuales empiezan a evidenciarse, cuando surgen las dificultades, pudiendo llegar a momentos muy críticos.
Malentendidos, incapacidad para entender o escuchar al otro, problemas para expresar nuestros sentimientos, sentirnos juzgados por nuestra pareja, sentirnos incomprendidos, etc. Todos estos problemas pueden llevar a una desconexión total entre ambos, incluso aunque no haya un deseo de separación.
Para evitar tal situación, será importante que tengamos en cuenta los siguientes aspectos para mejorar nuestra comunicación en pareja y lograr unas buenas habilidades comunicativas:
MEJOR ESCUCHAR QUE OÍR
Escuchar es algo que se hace intencionadamente, mientras que oír es algo que sucede. Solemos conversar sin escuchar, aun cuando creemos hacerlo. Muchas veces, mientras la otra persona nos habla, estamos pensando en qué vamos a decirle luego. Esto suele provocar que la otra persona se dé cuenta, por lo que se sentirá desatendida y creerá que ha estado perdiendo el tiempo. Si practicamos una escucha activa mejoraremos enormemente la comunicación con nuestra pareja.
MEJOR PREGUNTAR QUE SUPONER O INTERPRETAR
A la hora de afrontar conversaciones importantes o delicadas con nuestra pareja es fundamental no adivinar o dar por sentados los pensamientos o sentimientos del otro: así evitarás equívocos y malentendidos. Tenemos la mala costumbre de suponer qué piensa y cómo se siente la persona con la que vivimos. Sin embargo, independientemente de los muchos años de relación que nos unan, nadie tiene el poder de leer las mentes de los demás. Es mejor preguntar cuando no entiendas o te extrañe lo que tu pareja te quiere decir. Preguntando no pierdes nada, suponiendo puedes perder mucho.
Las interpretaciones son subjetivas y están teñidas del significado que les des y, probablemente, cuando lo hagas te bases en tus creencias y emociones.
Cuando nos dice algo nuestra pareja, hay que asegurarse si hemos entendido su perspectiva en lugar de añadir la nuestra a su mensaje. Por eso, también en este caso es mejor preguntar para no teñir la información con nuestra visión.
Del mismo modo, hay que ser coherente y honesto con uno mismo, e indicar claramente lo que se siente y lo que se quiere: la pareja no puede conocer nuestros sentimientos y necesidades si no se lo expresamos de manera adecuada.
NO SACAR LAS FACTURAS DEL PASADO
El pasado no se puede cambiar, pero sí se pueden adoptar estrategias de solución para permitir a la pareja mejorar desde el momento actual hacia el futuro. Recurrir a los daños y errores anteriores que realizó nuestra pareja tan solo hará que la discusión vaya a más. Hay que saber discriminar entre lo que está pasando ahora y lo que ya pasó y si hay temas pendientes, pueden tratarse en otro momento de calma y diálogo.
NO OLVIDAR EL OBJETIVO DE LA COMUNICACIÓN
En ocasiones, cuando discutimos o hablamos con alguien, se pierde el hilo de nuestra conversación. Se recomienda tener claro de qué se quiere hablar, no perderse en divagaciones que poco tengan que ver con el tema principal. Es conveniente discutir los temas de uno en uno, no «aprovechar» que se está discutiendo sobre una cosa para sacar otros temas. El ir saltando de un tema a otro impide que podamos resolver los temas y llegar a conclusiones que nos ayuden a avanzar.
HACER UNA PAUSA SI LO NECESITAMOS
Si sientes rabia o estrés, detente. Sal al balcón a fumar, o a dar un paseo. En caliente suelen decirse cosas que realmente no sentimos y cuyas consecuencias pueden ser nefastas. Comunicarnos mientras nos encontramos irritados tan solo será un obstáculo en nuestras relaciones de pareja. Es mejor tomarse unos minutos para hacer una pausa, calmarnos y comenzar a hablar cuando estemos más tranquilos. De esta manera, evitaremos malentendidos y conflictos cada vez mayores que puedan afectar en nuestra relación.
SER EMPÁTICOS, PENSAR COMO MIEMBROS DE UN MISMO EQUIPO
La empatía se refiere a tener en cuenta al otro, ponerse en su lugar, identificar lo que siente y comprenderlo. Este es un aspecto fundamental para comunicarnos porque nos permite tener en cuenta cuáles son las perspectivas del otro y sus necesidades. Al empatizar conseguimos enfrentarnos a los conflictos como un equipo, conseguimos sentirnos en el mismo lado, no como enemigos. En un equipo pueden surgir roces pero se pueden resolver los problemas teniendo en cuenta que ambos están del mismo lado. De ahí la importancia de los objetivos compartidos por los que la pareja “lucha” como equipo.
TOMAR CONCIENCIA DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL: LOS GESTOS, EL TONO Y LA POSTURA TAMBIÉN COMUNICAN
La comunicación no verbal es muy importante y tiene mucho peso en lo que transmitimos, por lo que necesita ir acorde con la verbal. Decir: «Si ya sabes que te quiero» con cara de fastidio dejará a nuestra pareja peor que si no hubiéramos dicho nada. Además, un gesto vale más que mil palabras y una sonrisa o una caricia pueden resultar mucho más afectivas y efectivas para transmitir lo que queremos, si lo acompañamos de las palabras adecuadas. También es importante cuidar el tono y adecuarlo a lo que intentamos transmitir, siendo asertivos y manteniendo el respeto hacia el otro.
Finalmente, no nos olvidemos de dirigirnos a nuestra pareja con la intención de construir. A veces, empañamos las intenciones de rencores, orgullo o sinrazones, en lugar de buscar el bienestar y el crecimiento mutuo. Comunicar a la pareja los aspectos positivos y cosas que sí nos gustan contribuirá a mantener un buen clima en nuestras relaciones de pareja y mejorará la calidad del vínculo afectivo.